EN INTERIORES

Decoración en paños menores

miércoles, octubre 18, 2006

EL CUARTO DE LOS NIÑOS... De ángeles a planetas

Hace siete años nació mi primer hijo, Gabriel. Como buenos padres primerizos queríamos darle lo mejor del mundo y llenarlo de cuanto adelanto hubiera para bebés. Nos trajeron, por encargo, un poco de cosas que ni sabíamos si íbamos a utilizar: cobijitas, bañera, silla de comer, dos corrales, un coche y entre otras, ¡hasta un gimnasio! (sin saber que a Gabriel, hasta el sol de hoy, no le gusta mucho hacer ejercicio)... El caso es que, con siete u ocho meses de embarazo, fui capaz de subirme por dos días casi completos a una escalera para pintarle YO MISMA el cuarto, y mandé a traer (también de EEUU) una cinta de papel tapiz con ángeles para que la habitación quedara como la de un príncipe en un palacio real. Por supuesto, no podía faltar la bendita cuna.

Yo quería ser lo más práctica del mundo y pensé que me estaba luciendo de lo lindo cuando decidí comprar un "camastrón" (léase, en venezolano, un objeto muy, muy grande, pesado, fastidioso de mover y poco útil) como cuna, que, supuestamente, le serviría por lo menos hasta los quince años. Estaba enamorada de los muebles estilo "country" (luego de estudiar diseño aprendí que eso no existe, sino que se les llama muebles coloniales americanos), que además, lucen rústicos y pesados. Mi esposo terminó pagando una barbaridad por una cuna que tenía una cama-nido, tres gavetas, y un armario completo en el mismo mueble, con la idea de que luego, al crecer el niño, desbarataríamos todo eso y quedaría su cuarto nuevo.

El caso es que el niño creció y, cuando quise rehacer el cuarto, me llevé una gran sorpresa: la bendita cuna, ahora convertida en cama, no tenía las medidas universales de cualquier cama individual (que debe ser de 90 cm X 1.90 cm ). No. Aquella pesadilla medía sólo 70 cms. de ancho y 1.80 y pico cms. de largo, por lo cual, conseguir colchón fue casi imposible. Me dijeron que podían elaborarlo a la medida, pero sólo con goma espuma, sin resortes ni nada más. ¡¡¡Imagínense!!!. ¿Quién, después de haber hecho esa inversión va a querer que su hijo duerma en una "colchoneta" con aspecto de colchón?. Allí terminó ese sueño y empezó la travesía por comprarle un nuevo cuarto. De nuevo, metí la pata. Decidí comprar un juego de madera con mesa de noche, baúl, armario, escritorio y una cama dúplex(esta vez, me aseguré de que fuera normal). Lo de dúplex lo hice porque pensé que cuando tuviera otro hijo, dormiría en la cama de abajo (al pobrecito, lo iba a meter en una gaveta todas las noches).

Ese cuarto nos sirvió un poco más pero luego nos "quedó corto" porque los libros no cabían en el escritorio, la cama no podía sacarse a menos que movieras todo el cuarto y el baúl apenas te dejaba espacio para pasar. La pobre criatura estuvo viviendo allí por varios años, y cada vez que se despertaba, se daba un golpe con la caja de los juguetes, con la mesa de noche, o se clavaba la pata de la silla en el meñique. Pero así estuvo... por lo menos, la decoración nueva le gustaba: eran unos carritos coloridos en una cinta de papel tapiz y sus paredes estaban cubiertas de nubes y puntos de tonos primarios. Para él era una habitación estupenda, pero a mí no terminaba de convencerme. En el camino fui estudiando diseño interiorl y me dí cuenta de muchos de los errores cometidos. Gabriel ni siquiera recuerda su primera habitación. Nunca le importó si los ángeles eran o no elegantes, o cuál técnica había aplicado en las paredes. Jamás preguntó por eso.

A menudo queremos decorar el primer cuarto de los bebés de manera casi excesiva y compramos la lencería a juego con las lámparas, con la cuna, la mesa de noche, los entrepaños de la pared y demás, pensando que aquel bebé va a quedarse así para siempre, y resulta que, por lo general al cabo de dos o tres años, aquel niño ya ve con desagrado a los ositos de la pared, o a Winnie Pooh, a Mickey o cualquier otro personaje que nos parecía fantástico pero que para ellos ya perdió el encanto porque lo han visto todos los días.

Una habitación infantil sugiere cambios cada cuatro años. Cambios poco significativos, si se ha hecho la planificación inteligentemente. Durante los primeros dos años, conviene no invertir en mobiliario más que lo suficiente. Un corral/cuna de los de hoy día, se adapta perfectamente a las necesidades actuales. Un gavetero o un buen closet con excelentes divisiones y un cajón para juguetes pueden ser los primeros elementos necesarios para la habitación del bebé. Ella puede decorarse con tonos pasteles, claros, y, por qué no, alguna cinta decorativa en una de sus paredes principales. Lo demás es perder dinero. A los dos años, o tres, cuando ya arrancan su largo trajinar por el preescolar, conviene cerrar el corral y darle paso a la cama con barandas ajustables o, simplemente, como lo descubrí con Victor Manuel - mi segundo hijo y el pobre que nunca tuvo cuna de verdad- conviene más acercar la cama a una pared y comprar una barandilla extensible que se pone o se quita a conveniencia. En esta etapa los colores deben ser más vivos, primarios y secundarios preferiblemente, y al mobiliario inicial conviene agregar un escritorio pequeño, con las medidas para niños, para que ellos realicen sus actividades y no moldeen la plastilina en el caro mármol travertino de la sala (¡Horror!!!!) .

También conviene tener mucho espacio para almacenar, porque con los niños vienen todos los peroles del mundo: los muñecos que nunca usan, las bicicletas, patines, patinetas, cascos para no romperse la cabeza y aún así se la rompen, etc, etc. Conviene colocar baldas o repisas a su alcance para que ellos puedan tomar sus juguetes de colección; esos que a menudo nosotras las madres queremos poner bien lejos porque se ven ¡taaaan bonitos!, pero que al niño le causan un trauma porque siempre quisieron jugar con ellos y no los dejamos… Las paredes deben ser lavables, y estar preparadas para cualquier tipo de tinta, tiza, crema de zapatos o lo que sea que se les ocurra agarrar para sus trabajos creativos. El cuarto debe estar bien iluminado, con persianas o cortinas que nos permitan regular la entrada de sol, a menos que usted quiera criar una segunda versión de Eddie, el hijo de Los Monster. Hasta aquí no valen la pena grandes inversiones.

A partir de los cinco años, ya podemos comenzar a diseñar la habitación para el futuro jovencito o jovencita. Se hace imperativo un sitio para estudiar y colocar el PC, bien acondicionado y con buena iluminación, disponer de suficientes baúles o espacios para guardar, de un armario con muchas gavetas y tubos para colgar la ropa de aquél que será sólo en unos años más va a ser un rebelde adolescente. Y, si se tiene el espacio, prepararse para la guerra asimétrica de los medios de comunicación: el televisor, el DVD, el playstation o el nintendo, el equipo de sonido y los numerosos amigos que luego nos visitarán… ¡Ah, se me olvidaba!: Siempre trate de colocar por lo menos una cama extra, porque si no, los chamos del colegio invadirán su cama en cualquier famosa “pijamada”.


Eso lo comprendí mucho tiempo después, y, ahora, la habitación de Gabriel y su hermanito –Víctor Manuel- está muy distante de aquellos ángeles que escogí. Tienen espacio individual para guardar sus propias pertenencias cada uno, una excelente cama, aire acondicionado, un techo de envidiar, un escritorio digno de ejecutivos y suficiente espacio para jugar y divertirse juntos, en medio del universo, que recrean los planetas que escogí como tema central. Ellos están felices, y nosotros también. En ocasiones dormimos con ellos en el cuarto, mirando las estrellas… aunque afuera el cielo esté muy oscuro.

Las fotos de este artículo corresponden a los diferentes cambios que hice en la habitación y finalmente, el diseño que hice para ellos y cómo quedó en la realidad.

Hasta la próxima. Hazme llegar tus sugerencias, inquietudes e interrogantes de decoración; explícame u caso y desde aquí les estaré dando respuesta. Gracias.

miércoles, octubre 04, 2006

EL CASADO CASA QUIERE...
y si está full equipo, mejor

El 6 de mayo de este año se casó mi cuñado. Un evento que casi todos en la familia pensamos que no viviríamos jamás.... eso, porque luego de miles de novias y de mucho andar, todos imaginábamos que nadie sería capaz de "atraparlo"para llevarlo al altar. El caso es que sí... se casó..., y como toda pareja que prepara su matrimonio, él y mi ahora cuñada, empezaron por una de las preguntas más difíciles de responder en nuestro país en estos momentos: "¿dónde carrizo nos vamos a meter?... ¿debajo de qué puente vamos a vivir?...¿qué cuevita podremos comprar con estos "churupitos" que tenemos?" y etc, etc, etc... Tuvieron que hacer mil diligencias para pedir el crédito y, por supuesto, para buscar un apartamento que diera la talla con el dinero que tenían. Pero... mientras hacían eso... comenzaron a hacer las cosas alrevés... empezaron a buscar los muebles. Se fueron a una de las famosas expos de muebles de Caracas -esas en las que se exhiben prácticamente una sóla línea de muebles, y donde siempre ves lo mismo, ya le dedicaré un artículo aparte a esto-, y gastaron parte de su dinero en comprar unos muebles de cuero para la sala -eso sí, ¡¡¡bieeeeen cómodos!!!, como los quería mi cuñado- y una espectacular mesa de comedor de 6 puestos.... sí... de 6 puestos, cuando ellos eran sólo dos que estaban empezando. Si me hubieran preguntado, o si este blog hubiese existido antes, les hubiera advertido sobre el error que estaban cometiendo.


La mayoría de las personas a la hora de decorar empiezan por obviar el paso más importante: la planificación. Los diseñadores de espacios interiores, comenzamos por evaluar el lugar, por hacer un plano a escala, por estudiar las conveniencias de separación de espacios, el tipo de edificación, el estilo que se va a utilizar y la posibilidades de mobiliario de que disponemos. Eso no es todo. Casi siempre tenemos una "fotografía adelantada" de lo que será ese espacio una vez que añadimos todos los elementos y complementos decorativos.

Pero en esta historia, ni siquiera espacio existía. Les hubiera propuesto que, de principio, no compraran la sala ni el comedor, mucho menos uno de seis puestos, porque lo normal es que se estipule comprar dos puestos más que el núcleo familiar. En este caso, bastaban con cuatro puestos y una mesa redonda, que ocupa menos espacio. Mi propuesta sería que diseñaran primero la habitación, la cocina y los baños, que son los tres lugares donde una pareja recién casada, acostumbra a pasar más tiempo, por razones obvias. Les hubiersa hecho pensar antes de que compraran aquel enorme piano que adquirieron, porque mi cuñado es músico y no puede vivir sin tocar "algo" -llámese saxofón, guitarra, bajo, piano, o las ollas de la cocina con los tenedores, en última instancia-... en fin... les hubiese ahorrado muchos dolores de cabeza. Y no es porque quiera hacer alarde de la profesión, pero ser diseñadora me ha enseñado a ser casi consejera espiritual de las casas y de las personas.



Al tiempo de toda esta historia y con todos los peroles en la casa de soltera de mi cuñada, la feliz pareja logró comprar apartamento. Un apartaco tipo estudio de 50 metros cuadrados (creo que ni siquiera llega a eso) donde de carambola, cabían ellos solamente. ¿El resultado?... ¡Adiós al juego de comedor y al poco de peroles que habían comprado!- de haberse quedado con eso, iban a tener que dormir encima de la mesa. El piano casi es la mesa de centro de la sala, y los muebles súper cómodos ya no lucen porque quedaron encerrados entre las paredes del saloncito principal.



En su nuevo nido de amor, hay una cocina tipo kickennette, con unos banquitos bien sencillos. Una sola habitación, un baño y un pequeño espacio donde lavan y secan la ropa... nada más.... lo demás es mucho amor, y eso es lo que me parece genial de todo esto. Ese es el ingrediente que hace que no les haya molestado deshacerse de su nuevo juego de comedor, y que no les importe si la cama King size parece asfixiarse en la habitacion... no importa. Lo ideal, al casarse, es disponer primero del espacio y luego, de las ideas a largo plazo para la decoración. Resulta absurdo diseñar todo un apartamento sin considerar que en unos años, va a haber nuevos habitantes: los hijos. Es imperativo que la pareja entienda que no importa tenerlo absolutamente todo para vivir su nueva vida, sino, por el contrario, lo más importante es tener una plan de decoración que se adapte a los cambios y al ritmo de la nueva familia. Bueno... eso es inevitable cuando queremos hacer nuestra vida más placentera, en interiores...

Hasta la próxima. Hazme llegar tus sugerencias, inquietudes e interrogantes de decoración; explícame u caso y desde aquí les estaré dando respuesta. Gracias.

domingo, octubre 01, 2006

Esta es mi primera entrada





A partir de ahora compartiré con toda la red mis comentarios acerca de los principales errores que cometemos cuando queremos decorar nuestra casa u oficina. Hoy comienzo a estar con todos, en interiores...